Félix Hernández de Rojas
La cuarta revolución industrial (4.0) descrita por Klaus Schwab en su libro The Fourth Industrial Revolution consiste en una transformación mucho más allá de las empresas directamente asociadas a la tecnología de la información (su núcleo tractor) puesto que despliega sus tentáculos a muchas otras y lo hace con una característica muy particular, la interdependencia mutua, y la creación de valor mediante las relaciones del ecosistema.
«La revolución 4.0 tiene otra particularidad ya que no es una transformación explícitamente tecnológica, sino que consiste en una intersección de múltiples sistemas humanos, entre ellos, los propios organizativos y de liderazgo de las empresas»
Las empresas y hasta las sociedades despiertan con urgencia y se ven impelidas a este cambio. Sienten que muchas veces esto se reduce a un sencillo “muero o me reinvento”. Todos somos conscientes de las barreras a las que nos enfrentamos con dicho cambio y quizás como catalizador de ellas debamos reflexionar utilizando criterios de “mindset”, es decir “¿Cómo la gente y las organizaciones perciben el mundo en el cual interactúan?”. Y McKinsey Quaterly, en su artículo Organizational health: the ultimate competitive advantage ya se menciona: «[Las organizaciones que] pueden identificar y abordar la mentalidad establecida desde el principio … tienen cuatro veces más probabilidades de tener éxito en los esfuerzos de cambio organizacional que [las organizaciones] que pasan por alto esta etapa»
Para entenderlo mejor y recogiendo la amplia literatura sobre transformación digital, digamos que las empresas de forma general se aglutinarían bajo tres grupos de mindset: de tecnología, de competencia y de estrategia, considerando el conjunto de barreras que ellas identifican en su entorno. Y cada mindset mal abordado impone serios trastornos al proceso de cambio. Vamos a repasar brevemente estos mindset y sus potenciales riesgos:
- Mindset de Tecnología. Podemos considerar una perspectiva positiva entendiendo el constante desarrollo de la tecnología, su neutralidad y su capacidad de difundirse de manera universal, siempre dispuesta a ofrecer sus ventanas a todas las organizaciones globales o por otro lado, podemos verla como una fuente de amenaza a nuestros puestos de trabajo y nuestra posición de mercado. En definitiva, nuestra posición puede ser frágil o fuerte… pero la tecnología en su aplicación es democrática. Debemos entender esta naturaleza para poderla sacar el mayor partido posible.
- Mindset de Competencia. En este caso las preguntas son las siguientes:
- ¿Somos una organización flexible y creemos en nuestras capacidades de mejora o somos inamovibles?
- ¿Podemos crecer aún cuando debamos aprender nuevas habilidades radicalmente diferentes a las que dominamos?
- ¿Nos sentimos demasiado viejos y obsoletos? En este sentido hay un interesante estudio, realizado por Samuel Ribeiro-Navarrete, Dolores Botella-Carrubi, Daniel Palacios-Marqués y Maria Orero-Blat del Departamento de Organización de Empresas de la Universitat Politècnica de València donde se descubre que la edad pudiera ser un factor a favor del rendimiento empresarial. Una organización joven dirigida por manos experimentadas puede llegar muy lejos. Todo lo contrario a lo que el tradicional mindset de no crecer con organizaciones dirigidas por “dinosaurios” nos haría creer.
- Estrategia. El modo en que una organización percibe y gestiona la innovación puede llegar a ser una importante barrera. Si no entendemos realmente el concepto de innovación disruptiva, podemos pensar en ella como la que realmente se interesa por “nuestros” clientes actuales, cuando en realidad la innovación disruptiva busca nuevos caladeros. De este modo es complicado apartarse de las inversiones cortoplacistas y de las innovaciones más “esperables”. Como dice el proverbio chino: “Lo primero que hay que hacer para salir del pozo es dejar de cavar”. Si continuamos cavando, estaremos ciegos a las nuevas oportunidades, y esto supone una especie de dilema, pues pocas veces podremos prescindir de los ingresos actuales, que son los que alimentan nuestro día a día.
Lo anteriormente descrito es un breve esbozo que espero sirva de aviso a los lideres de las organizaciones. No basta con sentarse clamando el cambio digital y sacar el látigo.
«Ahora con la COVID-19 que tanto ha exacerbado nuestro mindset negativo hay que tener un conocimiento profundo y entender cuáles son los principales temores. No es un tema de pura estrategia o de plan negocio. Es un tema de educación y de profunda reflexión».
Os animo a comenzar este viaje de cambio digital y os recomiendo, sobre todo, os rodeéis de buenos compañeros.
Una respuesta
Muy interesante Félix. Me gustó mucho el mindset de la competencia. Ojalá las organizaciones apuesten por mentes experimentadas parar dirigir empresas jóvenes también.